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Refranero

miércoles, 17 de octubre de 2012

Es el amor la señal


Ese momento en el que sientes ganas de llorar de alegría pero no puedes por la desmesurada emoción que inunda cada terminación nerviosa de tu cuerpo y no te permite reaccionar a voluntad. Mirar a esa persona que está cantando, con los ojos cerrados, abiertos, mirando el infinito o con la vista fija en algún punto, ¿qué está pensando justo en el momento de cantar? ¿Se le vienen recuerdos a la mente? ¿Se le aparecen imágenes en la cabeza de momentos vividos? ¿O sólo se deja llevar mientras va apareciendo la letra en su mente? Es indescriptible ese momento en que lo miras, serio, sonriente, ido o melancólico, y te preguntas en qué está pensando. No es sólo un ídolo lejano e inalcanzable, es una persona con sentimientos que ha compuesto canciones que intentan describirlos. Tal vez un concierto sea un recorrido cronológico con saltos en el tiempo sobre la vida subjetiva del artista. Cada canción es un mensaje, es una confesión del autor, que te revela sus sentimientos, es un mundo, una imagen, un recuerdo, un momento especial. Cada letra y cada palabra parece haber sido destinada a ocupar ese lugar y no otro, como si no fuera una creación humana, sino una realidad en sí misma que ha tomado forma de lenguaje. No es sólo un cantante compositor, es la persona que ha creado esas canciones que te han acompañado tanto en situaciones buenas como malas, que te ha enseñado lo importante en la vida, mensajes llenos de amor, mensajes que aclaman justicia, mensajes ideales para estar triste, mensajes que te ponen de buen humor, mensajes que interpretarás de una forma u otra dependiendo del estado de ánimo en el momento en que los escuches, mensajes que ha creado una persona que está a miles de kilómetros de ti, que tal vez no llegues a conocer nunca por mucho que lo desees, pero que ha hecho que formen parte importante de tu vida, de tu tiempo, de tus pensamientos y sentimientos. Y ahora ves al objeto de tu fanatismo, encima de un escenario, delante de miles de personas, tú eres sólo uno más entre la muchedumbre. Sin embargo, ves cada gesto, cada movimiento, cada expresión, cada palabra que dice, cada acto de esa persona que sólo has visto por fotos, escuchado por canciones, conocido por vídeos y creado en tu imaginación. Ahora puedes intuir más sobre cómo es su mente al verla al natural, adivinar su personalidad... ahora puedes sentirla, además de verla y escucharla. Es ver todas sus canciones personificadas. Pero no sólo eso, imagina que llevas esperando esa noche todos los días de tu vida, imagina que esa noche llega, imagina que tu sueño se va a cumplir, imagina que esa persona supera tu sueño y no sólo te hace disfrutar de ese momento que tanto has esperado, sino que te sigue sorprendiendo, fascinando, llenando, enseñando, haciéndote sentir más vivo que nunca, que hay motivos para seguir luchando por lo que quieres, razones para seguir creyendo que se puede ser feliz. Que después de todo lo malo que ocurre, ocurren también cosas buenas por las que merece la pena seguir adelante. ¿Que lo hace por dinero? Evidentemente, por mucho amor al arte que tenga, nadie viaja decenas de miles de kilómetros, alejarse de su familia y su tierra para hacer llegar su música y su mensaje en directo. Pero lo que hace, lo hace de corazón, con el alma, dejándose la piel esmerándose en que todo sea perfecto esa noche. Lo que escribe lo siente, y lo siente de verdad. Y lo que escribe es tan bello, que no hay suma dinero que pueda crear algo así. Viene de dentro, del interior, y eso es lo que vale realmente. No estoy exagerando. No ha sido un sueño cumplido, pues la realidad ha superado al sueño. No estoy hablando de los cantantes en general, estoy hablando de uno en especial. Con nombres y apellidos, con una vida propia, una forma de ver el mundo y unas creencias determinadas. Una persona que te alegra la vida. Hoy no me ha regalado una noche perfecta para recordar toda la vida, que también, hoy me ha regalado él mismo, su mensaje.




Juanes. 17-10-2012