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Refranero

jueves, 7 de junio de 2012

Encajar. Un grupo.

Lucharé hasta el fin
Encajar
Encajar forma parte de nuestra humanidad. Es algo innato. Una fuerza que nos impulsa desde lo oculto y que no podemos controlar. ¿Por qué? No es por el sentimiento de marginación que te inunda cuando no te quieren en algún sitio.Somos como somos, especiales y únicos como nosotros mismos, no podemos encajar siempre en todos lados. Y eso es algo para lo que estamos preparados. Una especie de ley de vida. Y no nos afecta ni una ínfima parte sentirnos marginados en algún sitio que sentir que no eres importante para nadie. Por eso quieres encajar. Estás programado para eso. Es humano. Las personas necesitan sentir que hay un lugar para ellas, el cual se queda incompleto si faltan. No es por evitar la profunda soledad que sientes cuando sobras, es por vivir sabiendo que eres necesario, que sin ti nada es lo mismo, que nada te sustituye, eres único, y eres una pequeña gran parte de un todo, que no sería todo sin ti. Una persona puede vivir marginada, se lleva bien, pero una persona no puede vivir sola, porque directamente es insufrible.
¿Por qué? Porque al fin y al cabo vivimos de las cosas que nos hacen felices. Ciertamente las cosas que nos entristecen tiene un poder mayor que las que nos alegran, pues consiguen que el lado negro con el puntito blanco de El Ying y el Yang, sea sólo negro y le falte el puntito. Pero siempre, siempre, siempre, el motor de nuestra vida, el combustible que nos da energía para seguir adelante, son las cosas que nos hacen felices. Por eso la felicidad de encajar es mayor que la tristeza de no encajar. No hay que compartir gustos ni ideales para pertenecer a un grupo. Un grupo es mucho más que eso. Es el todo del que formas parte, el que está incompleto si faltas. ¿Te has dado cuenta? Todas las piezas son distintas. Y mucho.
Sin embargo, un grupo no es cualquier cosa, no es una reunión de gente que se junta para pasar un buen rato. Un grupo es una unión, es un SENTIMIENTO de pertenencia, no es sólo un conjunto de personas físicas. En el grupo te aceptan y quieren cómo eres. Evidentemente discutes, y mucho. Nadie dijo que fuera fácil, y mucho menos cuando es tan heterogéneo. Pero la unión, el sentimiento, siempre supera todo. Y sabes distinguir una discusión de un momento por algún motivo, de una verdadera ruptura. ¿Porque como iba a una pieza separarse por una discusión? El todo dejaría de ser un todo para ser un incompleto. El sentimiento es mucho más fuerte que un enfado de un día.
No es lo mismo un grupo que una agrupación. Muchas personas no tienen la suerte de tener un grupo. Tienen una agrupación de conocidos o más allegados con los que se lo pasa bien saliendo porque comparte mismos gustos e ideales. Incluso pueden pensar que el grupo formado por miembros opuestos es una congregación de marginados que no tuvieron más remedio que unirse para no quedar solos. Es triste, pero cierto. 
Mi grupo es especial, como cada componente que lo forma. Y por suerte, siempre va creciendo. 
·        La borde: o la siesa, como quieras, ambos le vienen como anillo al dedo. Que es simpática cuando está sola y dulce cuando duerme (aunque eso todavía está por comprobar). Cuando le da la neura, empieza a bombardearte como una ametralladora y no para hasta quedarse tranquila. En el fondo te quiere, por eso en el fondo también hay que quererla tal y como es. Va a su bola y no tiene nada que ver con nadie, pero sabemos que no es porque nos aprecie menos. Se la echa de menos cuando no está. Con ella no uses palabrerías sentimentales, con que cada uno sepa lo que sentimos el uno por el otro, es suficiente. Es uno de los pilares, vigas o columnas del grupo. La que va recolectando nuevas piezas. Aunque pasar luego a formar parte del grupo depende de todos. Siempre te lo he dicho cuando me has dado una noticia que me gusta mucho, pero ahora es distinto. Tenemos peleas fuertes. Pero te quiero. Y es la primera vez que te lo digo sin más. 
·        La campera: ella siempre con su flamenquito, su Rocío, su campo con caballos, su religiosidad, sus pulseritas y cadenitas de hermandades, y su estilo. La fan número uno de la Puebla. O tiene hambre o necesita ir al baño urgentemente. La apodamos “Gorda” o “La tamagochi” cariñosamente. Nunca puede ir sola a ningún sitio, siempre tiene que ir acompañada o no va. Da mucho trabajo, pero cuando le pilla un momento tierno y te demuestra cuanto te quiere, piensas que de verdad merece la pena aguantarla, aunque haya veces que la chocarías contra la pared. Y sé que ella piensa lo mismo de mí. Gorda, no te lo digo, pero sabes que te quiero (y ahora tampoco lo estoy jajaja) 
·        La muda la llaman: otra con gustos camperos, pero un poco más acentuados, o por lo menos más publicados. Pues se puede llevar todo el día hablando de ellos sin parar. Te pone la cabeza loca en un momento, pensar que tiene que hablar con ella por teléfono y contar cuantas horas de estudio vas a perder porque se va a enrollar contándote algo. Pero la queremos igual. El grupo no sería lo mismo sin su felicidad, alegría, buen humor, exageraciones, anécdotas y demás cosas que le dan vida. Empezó como socia, ahora es parte importante del grupo.
·        La refugiada: sí, todo empezó una noche de frío que calaba hasta los huesos, o dormir con ella, o morir congelada. Desde entonces no se me separa ni un momento… Es más pegajosa que una lap… ¡¡Es broooooma!! ¡Sabes que me encanta hacerte rabiar! Realmente yo nunca pensé que podría ocupar un lugar tan importante en mi vida diaria. Pero sin darnos cuenta ya era otra más en el grupo. Nos analiza a todos en secreto y saca conclusiones que no revela. Pero a pesar de todas nuestras imperfecciones, ella siempre lucha por conseguir que los demás sean felices sin esperar a recibir nada a cambio. Aunque no os deis cuenta. El roce no hace el cariño, y ella me lo ha demostrado, en muy poco tiempo ha llegado a ocupar un lugar que mucha gente en muchos años no ha conseguido. No cree en la palabra "te quiero", pero las dos veces contadas que te lo he dicho, eran verdaderas. 
·        La sencilla: sí, así es ella. Una persona sencilla, fácilmente emocionable, y sobre todo con pequeñas cosas. Siempre de buen humor, sonriendo, alegre, a pesar de que es capaz de sacar problemas de las cosas más insignificantes. Y te los cuenta, todos y cada uno de ellos (aunque todos giran siempre en torno de lo mismo) pero eres incapaz de no escucharla (ella se encarga de eso). Te pone de buen humor con verla. Te obliga a estar feliz a su lado, no es porque te lo ordene, es que no tienes otra opción cuando estás con ella. Siempre dispuesta a todo. Con ella sientes que todo es más fácil, que no hay complicaciones.   
·        La feliz: ella tiene nombre de astro. Y brilla como si fuera uno. A mí antes siempre me decían que era muy feliz, ella me desbancó de ese puesto y me alegra que sea ella. Siempre riendo y siempre sonriendo. Incluso cuando te cuenta un problema, saca algo para reírse. No tenemos el placer de verla mucho, pero salir con ella es un privilegio.
·        La guapa: o eso dice ella… porque yo lo considero muy discutibl... ES MENTIIIIIIIIRA AMORE MIO!! ¡¿Qué sería de nosotros sin ella?! Con sus puñetazos cariñosos que te echan el brazo abajo (y lo que no es el brazo). La que organiza siempre todos los regalos. Yo diría que es la más normal en el grupo, y por eso desencaja entre tanto loco jajajaja. Adoro su cara cuando no nos entiende o quiere hacer como que no se ha enterado de alguna gilipollez que hemos hecho. Tiene una risa y un tono gritón que se te mete en el oído, y un ritmo tocando las palmas capaz de hacer que el cantante le dedique unas palabras. Pero nos quiero mucho a todos en el fondo! Su paciencia, aunque justa, es genial. Siempre dispuesta a animarte cuando te ve depre, le afecta mucho verte mal y hace todo lo posible por remediarlo. Te da vida, siempre con ganas de fiesta. ¡Te queremos!
·        El asentimental secuestrado: cuando veía a El Esmirriado en Sé lo que hicisteis, me acordaba de él. Siempre que sale a la luz del sol, está deseando encontrar una manera de volver a su cueva. ¡Aunque tuviera que simular un secuestro! En serio, no sabes cuánto cuánto te echamos de menos. Nunca nos dirás unas palabras bonitas, ni camufladas ni sin camuflar, y querrá demostrar siempre que no tiene sentimientos. Pero se le quiere tal y como es. Y mucho. Preferimos un millón de veces que estés con nosotros en la calle poniéndonos la cabeza loca de Madonna a sentir tu ausencia. Aunque no nos lo diga, de entender, o muestre, él nos quiere mucho. Lo sé. Españoles, españoles, Franco ha muerto. En estas fechas familiares, la infanta Cristina, la infanta Elena, fanta de naranja, fanta de limón, queremos desearos felices fiestas. ¡Vuelve! ¡Los momentos son únicos cuando estás con nosotros!  
·        La chica con nombre de telenovela: Sí. Ella. La que nos hace saltar como perros furiosos a quien se le ocurra decir algo malo de los inmigrantes. Es muy tímida, pero una maravillosa persona. Cuando se suelta, te dan ganas de no dejarla jamás. Otra que está siempre feliz y sonriendo, te alegra cuando la ves por los pasillos y te saluda moviendo la mano con una sonrisa de oreja a oreja. No sale mucho por Coria con nosotros, pero la queremos igual. Ya dije que un grupo no era sólo una reunión de amigos para pasarlo bien. Ella siempre está dispuesta a ayudarte en lo que haga falta, y eso vale más que otra cosa. Que nadie nunca te quite la ilusión, siempre nos animas a todos con tus efusivas respuestas cuando estás contenta. 
·        La londinense: enamorada de todo lo inglés. Ya puedes regalarle una chapa de botella que encontraste tirada en el suelo, que como sea de Gran Bretaña, es incluso capaz de ponerla en una vitrina para adorarla y admirarla. Su risa es contagiosa, y cuando está contenta, no puedes evitar ponerte de buen humor. Tiene un millón de paranoias y más. Pero cada una de ellas es adorable. Mi gran rival en la escritura de reflexiones y libros, y orgullosa de que sea ella y no otra. Unos gustos muy raros y extraños, especiales, como ella. No pilla bien las ironías. Adoro todas y cada una de sus expresiones, porque sí, es muy expresiva y me encanta. La dulzura personificada. No cambies nunca, y te lo digo de verdad, y mucho menos por gente que no merece la pena. Si lo haces, que sea inconscientemente, sin darte cuenta, por la gente que te quiere. Eres maravillosa. 
·        La hipster, pro, bohemia: Ella es una moderna auténtica. No sigue lo que la mayoría porque esté de moda, ella lo vive y lo siente. Doy fe de ello, lo vivo todos los días. A ella no la saques de sus guitarras, tocando melodías en una toalla en un campo rodeado de flores y margaritas a lo Crepúsculo. Es una enana pero da abrazos de gigante. Lo aseguro. (Sus puñetazos también). Y aunque sus emociones son montañas rusas (está pletórica o por los suelos), sólo te entran ganas de estar con ella siempre, en cualquier momento de su bipolaridad. La más inteligentiosa sin duda alguna. Eso es indiscutible. Sus abrazos espontáneos en arrebatos de locura son lo mejor que hay. Y son como una droga, una vez que empiezas, no puedes parar de querer abrazarla siempre. Te adoro, tú y yo desde principio a fin. 
·        La antisocial: es para mí todo un privilegio ocupar un lugar en el corazón-búnker amurallado, con corazas, cámaras de seguridad, geos, legión y la CIA y FBI rondando por ahí. No tienes que hacer nada para conseguir traspasarlo, ocurre solo, siendo tú misma. Y un día te das cuesta de que estás dentro, sin comerlo ni beberlo tienes un sitio con pase VIP. Es algo muy especial que deje de aislarse sola para aislarse contigo. No intentes comprenderla, ni ella misma lo consigue. No intentes estar de acuerdo con ella, si no coincidís desde primer momento, dalo por perdido. No intentes animarla cuando no lo está, sólo quédate a su lado, hazle ver que estás ahí por ella, es todo lo que necesita. La hiperactiva que nunca te cansa. Las palabras "te quiero" nunca transmitirán ni la diezmilésima parte de lo que te transmite con uno de sus abrazos, los cuales no puedo describir, te dejan sin palabras. Por eso nunca nos lo decimos. Es rara, pero sólo puedes quererla. Mi chica amarilla. Mi chica especial.


Y yo no sé cómo definirme a mí misma. No tengo ni idea de qué apodo cariñoso ponerme. Pero esta humilde servidora, a pesar de que os ponga de los nervios, de mal humor o inicie cuarenta mil discusiones, os quiere con locura. Sé que soy una gritona, pesada, repetitiva, pegotera y que muchas veces no podéis aguantarme, que os da coraje incluso hasta a veces verme aparecer. Sin embargo, estoy llena de buenas intenciones, aunque algunas veces no me salgan bien y por orgullo no lo demuestre. Los actos no son el reflejo de los sentimientos. Pero soy así, y que me aceptéis como tal como soy me hace sentirme aún más feliz. Muchas veces he deseado irme de Coria (y lo sigo deseando), he dicho que me voy, no por lo que hay (pues hay mucha mierda) sino por lo que no hay. No me quiero ir por las cosas que tiene Coria y no soporto, pues con vosotras yo voy hasta el fin del mundo, es sólo que necesito conocer mundo. Que quiera irme no implica que os quiera menos, pues voy a pasarlo muy muy mal el futuro en que nos separemos. Es otro sentimiento de superación, como la crisálida que se abre para dejar libre a la mariposa que irá a volar. No se puede retener en un mismo sitio a un alma aventurera y rebelde. Y sé que muchas de vosotras me entiende y estará de acuerdo conmigo. Nunca pensé que encajaría, y ahora que lo hago, es mucho más de lo que nunca habría esperado. Por eso por nada del mundo me separaría de ellas si no fuera porque otra fuerza interna me dice que tengo que salir y conocer mundo. 


No somos unas piezas de Tetris que intenta acomodarse entre ellas lo mejor que pueden, dejando incluso espacios vacíos. Somos un gran puzzle, formado por piezas única e irrepetibles como ellas mismas. Pero tristemente, algún día esas piezas se separarán, tomaremos caminos diferentes, y la distancia nos alejará. Demasiado pronto, siempre nos parecerá que ha venido muy rápido el tiempo de decir adiós, cuando queremos algo con todo nuestro corazón, nunca todo el tiempo del mundo es suficiente para estar a su lado. Sin embargo, no es el fin del grupo. Las piezas encajarán siempre, no es el lugar, es la forma.  No es una despedida, y lo repito, NO ES UNA DESPEDIDA, es querer expresar un sentimiento que está ahí, y que tal vez nunca nos dio por investigar y por eso no sabemos lo que significa para nosotros. No se puede explicar un sentimiento, pero sí se puede intentar. Y con pocas palabras, para las personas que sienten igual, son suficientes para entenderlo. Individualmente añadiremos nuevas personas a nuestra vida. También muy importantes. El puzzle no estará vacío o incompleto si nos separamos o modificamos, estará desordenado y repartido por muchas partes, esperando  impaciente a volver a formarse de nuevo, algún día. Es una promesa.