Cuenta la leyenda que solemos hacer el balance de lo bueno y lo malo del año que dejamos atrás mientras intentamos no asfixiarnos con las uvas mientras vamos deseando cosas que queremos para el nuevo año. Yo lo hago ahora porque no quiero empezar el nuevo año tosiendo la vida por la boca.
Este año ha sido intenso. Mucho. Para mí y para todos. Hemos conocido a mucha gente nueva y estupenda que forma parte ahora de nuestra vida. Pero además yo tuve que despedirme de las maravillosas que han pasado toda la vida conmigo (en el aspecto de la situación y no de la relación). Ya sé que todos los años entra y sale gente de nuestra vida, pero quiero decir que este ha sido más intenso porque las que han entrado van a formar parte de ella en otra larga etapa que ya hemos empezado.
Que veo una tremenda tontería hacer esto, porque todos los años se desea lo mismo: felicidad, unión, que nuestros deseos se cumplan y demás cosas buenas. Y que también es una tontería esperar a que tenga que acabar un año para decirlo, porque siempre lo estamos deseando, todos los días. Así que como lo considero algo innecesario, no lo voy a poner por escrito. No me gusta escribir tonterías (que pensaréis que las escribo continuamente, pero dentro de las tonterías hay clasificaciones, y es una categoría la que intento esquivar)
Así que, teniendo en cuenta de que no he hecho balance ni de lo bueno y lo malo, sino una especie de reflexión de por qué este año ha sido intenso, y que tampoco os pongo por escrito mis buenos deseos. ¿Por qué diantres he escrito esto? Pos por lo mismo que me da por arrancaros un pendiente, meteros una patata con salsa en la boca, chincharos, haceros un zas en toda la boca o contaros una historia que no tiene nada que ver con lo que estamos hablando. Porque ma dao por ahí. Ma dao el punto. Como siempre. Llamémoslo impulso.
Unas veces os odio. Otras veces os adoro. Ahora mismo no os aguanto. No aguanto a nadie. No me aguanto a mí misma. Quedaos con el resto de veces que os quiero. Sólo digo que espero que el año que viene sea igual de intenso o más que este. porque son los momentos intensos los que vamos a recordar. Los malos que preferiríamos no haber vividos y que queremos olvidar incluidos, porque ocurrieron por algún motivo. Hoy todavía creo en el destino, no sé si el año que viene también. Ya os avisaré.
Y perdonad mi falta de inspiración hoy, pero no estoy especialmente motivada, llevo un día raro, será un síndrome pre-año-nuevo o algo. Sabéis que no llevo bien cumplir años porque no llevo bien el paso del tiempo, y tal vez el hecho de cambiar de año tiene consecuencias similares.
Para acabar bien, o no muy patéticamente, dejo una frase de la famosa canción de Mecano:
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos
a los que ya no están los echaremos de menos
y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.
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