adelgazar

Refranero

jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 9: Perdiz

Capítulo 9:Perdiz
 
El resto del día pasó sin más novedades. Y el resto de la semana también. Sólo que con una pequeña variante. No había podido volver a ir a mi estanque porque con el propósito de ganarme la amistad de Shelby, al acercarme un día a ella, sólo me habló para pedirme un favor. Y al día siguiente otro. Y al otro. Y el siguiente también. Por lo que la hora de comer, me la pasaba buscando a alguien para darle un recado por parte de Shelby. O buscando algo que se había dejado en una clase. O haciendo cola en el comedor porque ella estaba resolviendo dudas con un profesor y no podía. O ayudándola con una materia. Ese día sí que pude hablar con ella tranquilamente.
No quería pensar que se estaba aprovechando de mí. Aunque en el fondo lo pensaba. Pero era más fácil creer que realmente estaba ocupada y que tal vez se echaría a sus amigas en contra por juntarse con una “plebeya” como ellos decían. Aunque realmente, ahora que pienso, sólo las había visto juntas ese día en el comedor. Bueno Valeria, no pienses tanto, ella se ha quedado todo su recreo contigo. Está poniendo un esfuerzo de su padre, no crees fantasmas donde nos los hay. Podría haberle preguntado a otra persona y mira, te ha elegido a ti.
-Bueno, ¿has entendido ya como se calcula estadísticamente la probabilidad de padecer esa enfermedad dependiendo de esta secuenciación del genoma?
-Oh sí, gracias Valeria, eres genial en esto. Te debo una. –Vio mi cara de escéptica, sabía que me debía más de una. –Bueno, o unas cuantas. –Intentó sonreír para quitarle importancia.
-No te preocupes para eso estamos las amigas, ¿no? –Dije amigas a conciencia para fijarme detenidamente en la expresión de su cara. Volvió a mirarme como si traspasase un cristal.
-Claro que sí. –Y sonrió cerrando los ojos. Tenía una sonrisa preciosa y cuando lo hacía de esta manera se veía más guapa que nunca. Ojalá yo pudiera ser tan guapa como ella.
-Por cierto Shelby. Quería contarte algo. –Lo que iba a contarle era el mismo incidente que tuve una cinco días atrás con Bryce. Ya se lo había comentado a Karem, lo único que me dijo fue que no le diese muchas vueltas. Que si yo psicológicamente me sentía capaz, no merecía la pena dedicarle mis pensamientos al matón ese. Sabias palabras las de mi amiga, y puedo decirlo con total seguridad, Karem. Pero quería aprovechar como fuese, sacar un tema de conversación con Shelby. – ¿El G4, especialmente Bryce, sale mucho en las noticias sobre escándalos públicos?
-Sí, más o menos. Cuando tienen algún nuevo escándalo que contar. ¿Por? –La veía bastante interesada.
-Es que me ocurrió un suceso hace unos días con Bryce y no querría que saliese en las noticias.
-¿Qué le ha pasado? –Me di cuenta de que digo “le” en vez de “te”. No quise darle mucha importancia.
-Sólo que se encontró con 5 tipos que estaban molestándome –No quería decir que iban a violarme, no quería volver a recordar el suceso. Ni siquiera se lo había contado a mi madre para no preocuparla. Lo único que tenía que hacer de ahí en adelante, es caminar por calles con gran circulación, con lo del accidente de coche del pobre señor, que por cierto, a ver si iba a visitarlo, hoy mismo tal vez, y lo del intento de violación, ya me había dado el destino algunas señales para evitar lugares oscuros y solitarios. No quería tentarlo una tercera vez. Sólo le había contado esto a Karem, no sé, esa chiquilla tiene un aura que me hace olvidar todas mis inquietudes. -Y luchó contra ellos. Tengo miedo de que los tipos reconociesen a Bryce, lo denunciaran o dieran parte a los medios de comunicación. –Aunque con la “denuncia” ya sabía lo que iba a pasar, iba a darles un taco de billetes a cada uno y listo. Pero la gente es muy avariciosa, tal vez querían sacarse una pasta en entrevista de programas del corazón. –Y me saquen en alguna revista. No quiero llamar la atención.
-Mmmmmmm, - estaba pensando. ¿Pero el qué? Su cara se había puesto muy seria de repente. -¿Por qué la habría salvado? –Me pareció escuchar que susurró entre dientes. Bah, debía haber escuchado mal. –No creo, la policía se debe haber encargado ya de ofrecerles una suma mayor de dinero por lo que les pueda ofrecer algún medio de comunicación. –Oh vaya, hasta ella sabía la corrupción de la policía. Imagino que yo sería la única inocente que no lo sabía hasta entonces. –Por cierto, Valeria. –Su cara seguía seria. –Valeria, por lo que te he contado y has podido ver por ti misma. ¿Qué te parecen el G4 y su abuso de poder?
-¡Buf! No puedo con ellos. Son una panda de engreídos  que se creen superiores a los demás. Que pueden hacer lo que ellos quieran sólo por tener dinero. Son unos abusivos, lo peor. Por ejemplo, el otro día obligó a un chaval a lamerle el zapato sólo porque lo había pisado accidentalmente. ¿Te lo puedes creer? Y eso no es todo, no sé si te enteraste de que le quitaron durante unas horas las gafas a una pobre chavala porque no se había quitado del pasillo para dejarles paso, más cosas que he visto por mí misma. O cuando se usaron a unos chavales de sillas toda la hora del almuerzo sólo porque no les habían dejado colarse. O cuando le pintaron la cara a una chica para ridiculizarla porque les “molestaba” su cara. Y más, podría hacerte una lista. Si no fuera porque mi voz no va a cambiar nada… les diría unas cuatro verdades como casas. –Me estaba poniendo furiosa sólo de acordarme. –Pero ¿por qué lo preguntas?
-Sabes que somos amigas, ¿no? Sé que esta semana no hemos tenido mucho tiempo para estar juntas, pero el poco tiempo que hemos pasado juntas he visto que eres una niña encantadora y me gustaría que la falta de tiempo no nos separase. -¿En serio estaba escuchando estas palabras? ¿Tenía por fin una amiga en la Uni? *-* ¡Qué contenta estoy! Aunque, ¿cómo había derivado de un tema a otro? ¡Bah! Da igual Valeria, ¡no destroces el momento por una de tus paranoias! La cuestión es que lo había dicho por fin, lo que llevabas tanto tiempo esperando.
-Cla, ¡claro! –Incluso tartamudeé un poco. ¡Estaba tan contenta! Estaba segura que este momento cambiaría mi vida en la universidad a mejor. Esto marcaría un antes y un después. Había sido esta primera semana tan vacía… ¡Pero ya no más!
–Lo que quería decirte con esa pregunta, es que si me ayudarías un día si yo me metía en problemas. Mis amigas con las que me viste el otro día en el comedor, nunca han hecho nada por mí. Para mí son simples conocidas con las que me llevo medianamente bien. Nunca me han aceptado, no sé por qué. Pero esta semana que he podido tratarte he visto que ere una persona estupenda. Esas “amigas” de las que te hablo no harían nada por mí y necesitaba saber tu opinión al respecto sobre el G4 y si me defenderías. Siempre estaremos juntas pase lo que pase. ¿No? Ahora que te debo unas cuantas, más que nunca yo daría la cara por ti. Necesito una amiga.
-Claro. Por supuesto que sí. Puedes contar conmigo. Estaremos juntas pase lo que pase.- J Estaba dispuesta a mantener esa promesa. Era mi primera amiga en la Uni, sabía  yo que mi esfuerzo de estos días iba a merecer la pena.
-¡Qué bien! Je je. –Y volvió a sonreír de la manera tan encantadora en que lo había hecho antes. No sé, notaba algo raro en esa sonrisa. ¡Buf! Valeria, no puedo contigo. Te he dicho que no busques fantasmas donde no los hay. En serio, estaba empezando a preocuparme por mi salud mental. Aparte de empezar a dirigirme a mí misma en segunda persona, no muy buen indicio que digamos, ahora la felicidad estaba creando un incipiente de neurosis en mi cabeza que me hacía dudar de todo. Pero iba a mantener mi promesa, no podía decepcionar la amistad que me había brindado Shelby. Era la primera vez que estaba feliz como una perdiz desde que llegué a NY.

No hay comentarios:

Publicar un comentario